Trastorno de la Conducta Alimentaria

Trastorno de la Conducta Alimentaria. ¿Qué es?

Un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es una enfermedad que causa graves
perturbaciones en su dieta diaria, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer
en exceso.


¿Cómo ocurre?

Una persona que tiene un TCA puede haber comenzado por comer pequeñas o grandes
cantidades de alimentos, pero en algún momento el impulso de comer más o menos se
disparó fuera de control ocasionando severos daños en el organismo.

Características

Angustia severa o preocupación por la forma o el peso del cuerpo, también se pueden
caracterizar como un trastorno de la alimentación la necesidad de controlar los horarios
y cantidades de alimentos ingeridos.
Son alteraciones marcadas por la cronicidad y las recaídas. Los trastornos de la
conducta alimentaria generalmente aparecen durante la adolescencia o adultez
temprana, pero también se pueden dar durante la niñez o la adultez avanzada.
¿Cuál es la edad más vulnerable para estos trastornos?

Los trastornos de la alimentación ocurren por lo general en la adolescencia, entre los 13
y 20 años, ya que es un período en el cual el cuerpo se va desarrollando y cambia de
manera abrupta, mientras que la imagen mental que se tiene del propio cuerpo es mucho
más lenta que su evolución fisiológica.

¿Cuál es la edad más vulnerable para estos trastornos?

Los trastornos de la alimentación ocurren por lo general en la adolescencia, entre los 13
y 20 años, ya que es un período en el cual el cuerpo se va desarrollando y cambia de
manera abrupta, mientras que la imagen mental que se tiene del propio cuerpo es mucho
más lenta que su evolución fisiológica.

Factores que lo originan

Podríamos decir que la publicidad y los medios de comunicación mediante la aparición
de modelos o prototipos “perfectos” de hombre y mujer, bellos y muy delgados, son en
parte, los responsables de la aparición de estos TCA en un adolescente enfermo, ya que
en esta delicada etapa el adolescente está en plena evolución tanto física como psíquica
y es más propenso a caer en desarreglos alimenticios al no tener aún formado ni su
cuerpo, ni su personalidad, ni su identidad.
También observamos el caso de adultos con problemas de autoestima quienes para
encajar en ciertos grupos sociales se ven obligados a mantener una figura esbelta pese a
su salud y bienestar, siendo víctimas de algún trastorno de la conducta alimentaria.

Trastornos de la conducta alimentaria.

Anorexia nerviosa:


Miedo intenso a ser obeso. Se manifiesta por una bajada por lo menos del 15% de su
peso corporal.

Bulimia nerviosa:

Tendencia a comer demasiado para después purgarse o vomitar.
Generalmente está cerca de su peso corporal, por lo que es menos reconocible.

Trastorno por Atracón:

Ingesta desproporcional de alimentos como forma de compensa emocional. Tiene
serias consecuencias como obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas.

Ortorexia:

Obsesión por lo que el paciente considera una «buena alimentación» y que, por el
contrario, le lleva a evitar grasas, proteínas y vitaminas básicas para el organismo.
Paradójicamente su afán por «comer sano» lo lleva a una mala nutrición, anemias, etc.

Vigorexia:

Trastorno del comportamiento alimentario que se caracteriza por la obsesión de
conseguir un cuerpo musculoso desarrollando adicción al ejercicio, sumándose a esto
una visión distorsionada de sí mismos, al verse débiles.

Diabulimia:

Este nuevo trastorno conocido como “diabulimia” se fundamenta en seguir la
disciplina alimentaria que consiste en una reducción intencionada de las dosis de
insulina, en los diabéticos, con el fin de bajar de peso de manera intencionada.

Bulimarexia:

Es un proceso que alterna situaciones de hiperactividad y negaciones a comer típicas
de la anorexia, con atracones y purgas clásicas de la bulimia.

Permarexia:

El paciente cree que todo lo que se ingiere engorda, por lo que desarrolla obsesión por
las calorías que tienen los alimentos.


Pica o alotriofagia:

Deseo irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas como yeso, tiza, algodón,
ceniza, etc.

Potomanía:

Compulsión por beber gran cantidad de líquido, más de cuatro litros al día,
para obtener sensación de placer y saciedad.

Drunkorexia:

Restricción alimenticia para compensar el consumo de calorías que proporcionan las
bebidas alcohólicas.

Sadorexia:

Se conoce como trastorno de la dieta del dolor. Va acompañado por bulimia y
anorexia pero con episodios de maltrato corporal y dietas masoquistas.

Anorexia:

Es la anorexia referida a los hombres que tienen pánico a engordar y se ven gordos.
Suelen exagerar el deporte y restringir la dieta.

Pagofagia:

Este trastorno consiste en unos deseos irrefrenables de comer hielo.

Hiperfagia:

Es un trastorno más frecuente que la bulimia y consiste en un incremento en la ingesta
de alimentos.

Polifagia:

Es un trastorno que provoca una avidez desmedida por la comida, causada por ciertas
patologías. De esta manera, la persona que sufre de polifagia siente una necesidad
anormal de ingerir alimentos.

Rumiación o mericismo:

Es un trastorno alimenticio que se caracteriza en devolver a la boca los alimentos que
ya han sido ingeridos, para volver a masticarlos e ingerirlos nuevamente.

Tragorexia:

Se trata de un trastorno no muy común caracterizado por un aumento grave de peso
originado por un apetito insaciable y compulsivo. Estas personas sufren una distorsión
de su cuerpo que les lleva a la creencia de que el aumento de peso les hará parecer
más saludables.

Pregorexia:

Aparece en mujeres embarazadas a las que les horroriza engorda. Suelen hacer dietas
e inducir al vómito durante la gestación, lo que es muy peligroso para madre e hijo.

Síndrome del comedor nocturno:

Se caracteriza por una ingesta diurna escasa de alimentos o inapetencia y un aumento
anormal del apetito o polifagia durante la noche. Se consume en la noche más del 25%
del total de las calorías requeridas.

Síndrome del descontrol alimentario:

Es una forma incompleta de bulimia. Se trata de atracones pero sin conductas
compensatorias o purgativas y con menos alteración perceptiva del propio
cuerpo.